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Los uniformados también son trabajadores

CHILE - Movilización en Gendarmería

Ariel Zúñiga

Lunes 18 de mayo de 2009, por Ariel Zúñiga

En nuestro extraño país las instituciones armadas dedicadas a la seguridad interna son consideradas del mismo modo que a ejércitos destinados tras las lineas enemigas. Carabineros de Chile, la policía uniformada, depende del ministerio de defensa nacional mediante la subsecretaría del sector. Este puesto lo ocupa actualmente la abogada Javiera Blanco, ex jefa de estudios de la Fundación Paz Ciudadana, quien en cada intervención pública habla en estilo marcial, bernaliano, al borde de la arenga cual si estuviera en la sima del morro de Arica.

Gendarmería, la institución dedicada a la custodia de la población reclusa, depende del ministerio de justicia pero eso no ha sido óbice para que sean constantemente acosados bajo la excusa de que su uniforme les impide ser tratados como seres humanos. Ningún trabajador, esté o no uniformado, puede ser considerado un traidor a la patria por ejercer sus derechos laborales. Al menos en teoría, pues en nuestro extraño país ha ocurrido en muchas oportunidades y sigue ocurriendo.

Las primeras movilizaciones de Carabineros a finales de los noventa fueron duramente reprimidas y los manifestantes duramente sancionados. Con Gendarmería de Chile ha ocurrido algo similar salvo que sus funcionarios, producto entre otras cosas de sus precarias condiciones laborales, han decidido en las últimas manifestaciones luchar hasta el final sin amedrentarse por las sanciones.

En la lucha de clases que desata la clase dirigente mediante nuestro gobierno de "centro izquierda", los uniformados deben ser en definitivas lo que hacen el trabajo sucio. Deben apalear a mansalva y disparar, balas de verdad, inclusive. Es inadmisible que consideremos normal el que mueran personas durante manifestaciones políticas en un país que se dice democrático.

En menos de una semana doce internos fueron asesinados en la prisión Colina II. Que ocurriera una masacre de esta magnitud era cuestión de tiempo y había sido alertado por los propios funcionarios de gendarmería. La escasa vigilancia, por la insignificante cantidad de gendarmes, de los cincuenta mil presos (Chile ostenta el triste récord de encarcelamientos por habitantes) impide un control de los mismos e incluso pone en riesgo la vida de los custodios.

El modo que el gobierno ha encontrado de lidiar con las irresolubles cuestiones estructurales como la marginación, la salud y la educación, ha sido sobrecargar de trabajo a gendarmes, enfermeros y profesores pues ha aumentado sus estándares de cobertura o de calidad alargando los turnos o derogando sus derechos. Cada vez que se manifiestan el gobierno conspira en su contra y poco le interesa que el sistema todo penda de esos puntos tan frágiles.

Esperemos que Gendarmería luche hasta el final, que los Carabineros no actúen de esquiroles, y que la judicatura cumpla su rol con independencia de los chillidos histéricos del gobierno amplificados en la caja hueca de la prensa.

responsabilite

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