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HONDURAS - Golpe de estado e inconstitucionalidad en Honduras

Amando Basurto

Miércoles 1ro de julio de 2009, puesto en línea por Amando Basurto

La fiscalía de la República de Honduras notificó a la Interpol que había girado una orden de aprehensión en contra del ciudadano Manuel Zelaya (quien fuese presidente hasta su expulsión del país por el ejército y fuerza aérea y su destitución por el poder legislativo) por delitos tales como “traición a la patria” y “usurpación de funciones.” Este acto judicial fue enmarcado por una marcha multitudinaria en respaldo al gobierno del ahora presidente interino Roberto Micheletti, exigiendo a la comunidad internacional que no intervenga en lo que han denominado la defensa pacífica de la democracia Hondureña. El mensaje tiene especial dedicación para los gobiernos de Venezuela, Nicaragua y Cuba.

En ocasiones los hechos hablan por sí solos, pero no siempre es así. Lo que está sucediendo en Honduras pone en tela de juicio todo entendimiento simplista sobre la Democracia. Y es precisamente sobre la relación difícil entre democracia y legalidad que nos es provocado recapacitar. Comencemos, como buenos samaritanos, por el principio. Uno de los principales objetivos de las luchas y reformas democratizadoras en América Latina ha sido que la voz (no se si la voluntad) del pueblo sea de alguna manera expresada y tomada en cuenta en la toma de grandes decisiones político-legislativas –como es el caso de legalizar la reelección. El primer dilema aparece cuando, al no haber un marco legal para plebiscitos (o consultas populares), todo intento de realizarlas con el fin de modificar la ley es anticonstitucional por principio. Pero, ¿qué es más democrático que preguntar a los ciudadanos su opinión sobre una reforma legal? ¿Acaso la democracia está, en este sentido, en esencial contradicción con la preservación de la legalidad? La respuesta llana, casi inmediata, es no. Pero los acontecimientos en Honduras nos permiten apreciar que democracia y legalidad (lo político y lo constitucional) pueden entrar en una etapa de alta fricción.

¿Debiéramos, en aras del orden, reivindicar el orden legal olvidándonos de expresiones no-electorales de la opinión de la ciudadanía? Y en el caso que nos aqueja, ¿debemos aceptar la legitimidad de un golpe de estado que dice ser una medida desesperada por defender la constitucionalidad del régimen hondureño?

Las respuestas no pueden ser sencillas, y aún más cuando es imposible desentenderse de la experiencia latinoamericana en golpes de estado. Una fundada animadversión a éstos rodea toda evaluación de los acontecimientos actuales. Especialmente cuando consideramos que el golpe de estado mismo es una medida anticonstitucional, no importa que la justificación sea la preservación del orden constitucional. Si esto es así, entonces lo que está pasando en Honduras no puede ser justificado constitucionalmente por ninguno de los bandos. Si bien la consulta popular agendada para el pasado día domingo había sido calificada como inconstitucional, no veo la forma de llamar al golpe de estado constitucional. El pueblo hondureño parece estar no entre la espada y la pared sino entre dos espadas, ambas anticonstitucionales. ¿Qué garantiza la inviolabilidad de la institución presidencial, sino el mismo principio que garantiza la inviolabilidad de la constitución? Ese principio, en todo caso, ha sido violentado de un solo golpe. Lo que es difícil de negar es que, poniendo en perspectiva la disyuntiva y con el riesgo de ser malinterpretado, una consulta popular tiene una connotación anticonstitucional más democrática que un golpe de estado.

El segundo dilema al que nos enfrentan los acontecimientos en Honduras es decidir ¿cómo debe de ser apoyado un gobierno legítimo frente a uno espurio? (aprovechando que la palabra se ha vuelto moneda corriente en el argot político mexicano). ¿Cómo debemos interpretar el principio de no intervención en casos como éste? ¿Cuáles son los límites que la presión ejercida por la sociedad internacional debe observar? Hasta cierto punto, el llamado a defender la multimentada Cláusula Democrática de la Organización de Estados Americanos debiese de ser lo más amplio y efectivo posible. Pero, no es claro si esto justifica una intervención multinacional. Hugo Chávez ha llamado a intervenir directamente en la restitución del presidente Zelaya; sin embargo, no me queda claro si él aprobaría en principio el que una intervención internacional se hubiese organizado en contra del golpe de estado que él comandó en 1992. ¿Hasta dónde éste y otros golpes de estado son potestad nacional y, hasta donde, potestad internacional?

Así pues, la respuesta internacional frente a la crisis constitucional hondureña sentará un precedente, y por ello debe de ser bien evaluada. Lo que finalmente se decida puede establecer una nueva dimensión a la institucionalización del intervencionismo en el continente.


Amando Basurto es Maestro en Estudios en Relaciones Internacionales por la UNAM y candidato a Doctor por la New School for Social Research.

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Mensajes

  • Bonjour,
    Por qué buscar explicaciones a un golpe de Estado por la fuerza de las armas ?
    Manuel Zelaya ha sido elegido en forma democràtica. Es
    inaceptable su detencion por la fuerza y su "envio" al
    extranjero !
    En 1973, un Presidente fué obligado al suicidio por los
    militares golpistas apoyados por la CIA. También ese
    Presidente habia sido elegido en forma democràtica. No
    lo olvidemos.
    Por qué los militares imponen por la fuerza regimenes
    dictatoriales ?
    Quién es màs "traidor a la patria" ? El que es elegido
    en forma democràtica o el que se impone por la fuerza
    con el apoyo de las armas ?
    Eduardo.- www.radioliberte.fr

  • Podemos hablar muchas horas de legalidades y leyes mientras tanto en Honduras se ha violentado todo el sistema de derecho , no hay garantías y la polarizacion crece minuto a minuto sin posibilidad de flexibilidad alguna... cuanta sangre deberá correr hata que se le ponga fin a esto por cualquier medio... Si en todo el mundo se acepta que es un golpe de estado solo queda la restitucion y el castigo por los organos internacionales. En Honduras nadie tiene autoridad legal ni moral para resolver esto

  • La escolástica no murió cuando se generalizó la filosofía de la naturaleza, está viva según me lo prueba el artículo. La cuestión de fondo es si una minoría oligárquica con oropeles rojizos de miles de desaparecidos y opuesta al aireamiento democrático del país tiene el derecho de hacer saltar a la fuerza a un presidente de iure violentando el sistema democrático liberal del Estado e instalar un gobierno de facto. La cuestión no es un hipotético futuro chavista o fidelista o monárquico en Honduras, el problema concreto de ahora es si existe el derecho de la soberanía popular y el de la convivencia democrática. Y ya lo dijo el Presidente Obama: es golpe de estado ilegítimo. Y por cierto, si los golpistas que yo defino de fascistas acusan a Zelaya ante la INTERPOL en la lista persecutoría por simple lógica deben incluir a todos los complices de Zelaya en la ONU, la CEE y la OEA, comenzando claro con el Presidente Obama.

  • Por: Dr. Álvaro Albornoz
    Doctor en Derecho Constitucional
    Profesor Universitario
    Los sucesos acaecidos en nuestra hermana República de Honduras constituyen el más fiel reflejo del significado del Principio de Separación y Autonomía de los Poderes Públicos que en su momento fue desarrollado por el famoso barón de Montesquieu en su inmortal obra “Del Espíritu de las Leyes” publicada en 1748; en la cual considera este principio como una garantía contra el depotismo.

    Según el autor ilustrado, el Poder Ejecutivo, el Poder Legislativo y el Poder Judicial no deben concentrarse en las mismas manos; constituyéndose una teoría de contrapesos, donde un poder equilibra al otro. Este principio se encuentra desarrollado en la Constitución de Honduras (artículo 4) como en la venezolana.
    En el caso de Honduras, su Constitución se encuentra blindada contra las pretensiones de eternización en el poder, justamente como consecuencia de los innumerables golpes de estado y dictaduras militares por las que atravesó el país centroamericano.

    Es así como a lo largo de toda la Carta Magna Hondureña se prohíbe expresamente la reelección presidencial y se establecen graves sanciones para quiénes promuevan o pretendan cualquier reforma constitucional que procure modificar estas normas violentando los principios del republicanismo.
    Es la Constitución americana más férrea en la lucha contra la autocracia y las aspiraciones totalitarias de los gobernantes. Por eso preceptúa en su artículo 4 que “La alternabilidad en el ejercicio de la Presidencia de la República es obligatoria”, y que “La infracción de esta norma constituye delito de traición a la Patria”; consagrando de este modo una norma penal en la Carta Política de la Nación, asimismo, en el artículo 42 ordinal 5 se establece como causal para la pérdida de la calidad de ciudadano el “incitar, promover o apoyar el continuismo o la reelección del Presidente de la República”.

    Por eso el artículo 239 ratifica el principio de alternancia cuando dice:
    Artículo 239.- “El ciudadano que haya desempeñado la titularidad del Poder Ejecutivo no podrá ser Presidente o Designado.
    El que quebrante esta disposición o proponga su reforma, así como aquellos que lo apoyen directa o indirectamente, cesarán de inmediato en el desempeño de sus respectivos cargos, y quedarán inhabilitados por diez años para el ejercicio de toda función pública”.

    En igual sentido, el artículo 272 señala que las Fuerzas Armadas de Honduras se constituyen para mantener y defender el imperio de la Constitución y el principio de la alternabilidad en el ejercicio de la Presidencia de la República, entre otras cosas.

    Como si fuera poco el artículo 323 es tajante cuando afirma lo siguiente:
    Artículo 323.- “Los funcionarios son depositarios de la autoridad, responsables legalmente por su conducta oficial, sujetos a la ley y jamás superiores a ella.
    Ningún funcionario o empleado, civil o militar, está obligado a cumplir órdenes ilegales o que impliquen la comisión de delito”.

    Y concluye, prohibiendo el artículo 374, la reforma del artículo 373 y de los artículos constitucionales que se refieren a la forma de gobierno, al territorio nacional, al período presidencial, a la prohibición para ser nuevamente Presidente de la República, el ciudadano que lo haya desempeñado bajo cualquier título y el referente a quienes no pueden ser Presidentes de la República por el período subsiguiente.

    Es así como, el ex Presidente Manuel Zelaya, luego que dio un giro ideológico hacia la izquierda populista, pretendió proponer una Asamblea Constituyente que estableciera la reelección indefinida como se hizo inconstitucionalmen te en Venezuela; acción tutelada y dirigida por Hugo Chávez y el castrocomunismo cubano.
    Zelaya impulsó una consulta popular a fin de allanar el camino para materializar sus pretensiones hegemónicas de poder. Consulta que había sido declarada ilegal por el Poder Judicial y era rechazada por el órgano electoral, por el Congreso, por la Procuraduría General, por la Fiscalía, por los Partidos Políticos, incluyendo el partido del ex Presidente, por las Fuerzas Armadas, por la Iglesia y por el pueblo, de acuerdo a los sondeos de opinión.

    Sin embargo, Zelaya pretendió estar por encima de la Constitución y de la Ley al desconocer la decisión judicial y electoral y tratar de llevar a cabo su consulta ilegal, arremetiendo incluso contra las instalaciones de la Fuerza Aérea donde se encontraba el material electoral. Al hacer esto, el ex Presidente Zelaya incurrió en delito de traición a la patria, de conformidad con el artículo 4 constitucional y cesa en el ejercicio del cargo quedando inhabilitado por 10 años para el ejercicio de toda función pública.

    En consecuencia, a los otros Poderes Públicos no les quedó otro remedio que aplicar en toda su extensión la Constitución de Honduras y arrestar a Zelaya en virtud de sus reiteradas y flagrantes violaciones a la Carta Magna, para lo cual las Fuerzas Armadas haciendo uso de sus facultades y cumpliendo con su deber constitucional procedió a expulsarlo del país, siendo benevolentes al no dejarlo preso en una cárcel como correspondía.

    Luego el Congreso designó a Roberto Micheletti como nuevo Presidente interino, de acuerdo con el artículo 242 de la Constitución, con el respaldo unánime de todos los partidos que tienen representació n, incluyendo el partido de Zelaya y con el apoyo institucional de todos los poderes y de las Fuerzas Armadas. Los pesos y contrapesos de que hablaba Montesquieu funcionaron perfectamente y constitucionalmente se realizó la sucesión presidencial sin derramamiento de sangre y sin un solo tiro.

    Honduras demostró al mundo que es un país democráticamente maduro y serio y que sus instituciones están dotadas de una gran dignidad, valentía y coraje y que conocen muy bien el significado del principio de separación de poderes proclamado por Montesquieu. Las Fuerzas Armadas Hondureñas demostraron su apego
    institucional y su ética, lo cual debe servir de ejemplo para aquellas Fuerzas Armadas serviles y politizadas que permiten las violaciones de la Constitución.
    Con esta explicación desmontamos las manipulaciones y falsedades de los eunucos mentales que han pretendido hacer ver esta situación como un golpe de Estado y no como lo que realmente fue: la ejecución plena de la Constitución de Honduras y la materializació n del sistema de pesos y contrapesos de los poderes.
    Los poderes de Honduras no le permitieron a un hombre que ejercía la presidencia, que violara la Constitución ni que estuviera por encima de las leyes. Se hicieron respetar y garantizaron la vigencia de su norma suprema. Por eso Montesquieu vive en Honduras hoy día!! Ojalá pudiéramos decir lo mismo en Venezuela, donde lo han asesinado y enterrado y donde no se conoce el significado de la dignidad, de la ética y de la decencia pública.///

    • Una pequeña observación. Me parece que ha omitido que el principio de separación de los "poderes" del estado, hoy más conocido como división de funciones, no fue inventado ni descubierto por Montesquieu. Tiene fuentes incluso milenarias pero las más cercanas, a las que tuvo acceso el francés durante su exilio, estuvieron en Inglaterra. La popularidad de Montesquieu proviene de los padres doctrinarios de los EEUU que aplicaron sus máximas como si estuvieran escritas en el cielo para, vaya contrariedad, emanciparse de Inglaterra. Como Doctor usted sabe de estos asuntos, así como de las teorías geopolíticas del francés, que tanto elogia, quien afirmaba que en los emplazamientos tropicales jamas podría existir ni industria ni una política seria. Su pomposa sentencia, quizá correcta en lo formal, adolece de algunas imprecisiones; una cosa es revestir de legalidad el golpe de estado, o quizá quiera llamar Piyamada, hondureña, otra muy distinta es decirnos que vuestra constitución, escrita por el mismísimo Montesquieu resucitado, contempla sanciones tan particulares, y de ejecución inmediata, como detener a un presidente y abandonarlo en la frontera, sin mediar un debido proceso o dar tiempo para coger la guayabera.

    • Queda demostrado con su comentario DOCTOR su compromiso con los gorilas y su apego al PARADIGMA POSITIVISTA, usted como todos los que defienden su corriente suelen ver el Derecho desde el Derecho mismo, olvidandose que quienes crean el Derecho son las sociedades, los pueblos y no un grupo de legisladores que solo recojen el interés de la minoría burguesa y que el sistema legal esta diseñado para matenerlos eternizados en el poder.Un Estado Burgués que nunca velará por los intereses del soberano, democracía representativa, esa fue la medicina con que disfrazaron las imposiciones y recetas del imperialismo Yankee. Sus doctorados en Derecho solo han servido para crear un estamento de manipulación y dominación.....PATRÍA, SOCIALISMO O MUERTE.....VENCEREMOS LOS PUEBLOS LATINOAMERICAMOS....

  • Cuantas palabras para justificar una aberración... El Dr Albornoz olvida los centenares de golpes de estado latinoamericanos, con su secuela de retraso y hambre. Todo el mundo es perfectamente conciente de lo que este golpe significa. No solo para Honduras.

  • En este momento debemos prestar mucha atención al cerco legal que poseen las distintas legislaciones de nuestros paises, por cuanto al recojer un artículado que limita el poder del Soberano, es precisamente para que no se generen cambios fundamentales y mantener las sociedades en en el Status Quo legal. Retomando el esquema golpista utilizado en Honduras queda abiertamente demostrado que estamos en el marco legal de la oligarquía.Otro elemento que deseo traer a este foro es lo comentado por EDUARDO NOVOA en su libro "El Derecho como obstaculo para el Cambio Social" y donde la máxima de ese trabajo es: NO TODO LO LEGAL ES JUSTO. Estamos en un ensayo golpista perverso y todo los Gobiernos y Pueblos progresista del Continente en este momento estamos en Grave Peligro. CUIDADO CON EL TIBURON

  • Como sea, pienso que esta situación deben solucionarla los hondureños sin intromisiones de ningún tipo.
    Como el caso chileno, en que simplemente no se aceptó que ningún gobierno se entrometiera en asuntos internos, hubo un gobierno militar de transición y luego se restableció la democracia.
    Independiente de cuanto duró este gobierno, finalmente tenemos democracia plena, pero un caos total en materia de orden social.
    Nadie acata nada, nadie respeta a nadie, en fin...

  • Despues de 5 meses he vuelto a ler los comentarios mayoritarios de los defensores de Zelaya, ACASO OPINAN LO MISMO DESPUES DE HABER VISTO la cantidad de disparates que este orate ha hecho, o acaso ustedes estan dispuestos a soportar el orate en sus casas si hacer nada, y aguantar hasta que la queme.no verdad...escribirieron con rencor esas lineas , a la sociedad norteamericana se le puede culpar de todo menos el haber creado tanto complejo en los seres humanos que no son ellos, enerando la envidia y el resentimiento social que los hizo escribir esas letras sin haber siquiere comprendido lo que en Honduras estabamos pasado, juan pabloII LO DIJO EN SU enciclica a .....no tenemos necesidad de soportar un mal presidente, y tenemos el derecho de quitarlo de la mejor manera que consideremos seria la que menos sangre derramara.....en nuestro pais no hay juicio para quitar un orate sino la SUPRESION DEL OFICIO........ENTIENDANLO DE UNA VEZ

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