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MEXICO - Las elecciones en México. ¿Hay algo que festejar?

Amando Basurto

Martes 4 de julio de 2006, por Amando Basurto

Los resultados que arroja hasta la tarde de hoy, 3 de julio, el Programa de Resultados Electorales Preliminares sobre la elección presidencial en México indican que el candidato Felipe Calderón Hinojosa del Partido Acción Nacional (PAN) tiene una ventaja de alrededor de un punto porcentual sobre su más cercano contendiente Andrés Manuel López Obrador del Partido de la Revolución Democrática (PRD). Estos resultados, aunque no oficiales e insuficientes para decretar a un ganador de la contienda, permiten ver algo más que un cerrado final de la carrera presidencial. Permiten, también, visualizar la realidad político-electoral de México.

Primero. Permite ver un cambio en los papeles que juegan, y probablemente seguirán jugando, los tres partidos más importantes en el sistema electoral mexicano. Hasta hace siete u ocho meses, algunos considerábamos que la contienda era una contienda entre dos, y que se trataba de la confrontación entre, por un lado, el carisma y discurso de López Obrador y, por el otro, la maquinaria político-corporativa del Partido Revolucionario Institucional (PRI). Esa proyección no tomaba en cuenta varios factores, entre los que se encuentran 1)los errores cometidos por el equipo de campaña del PRD que colaboraron a que no fuera el PRI sino el PAN el que le diera alcance y le rebasase en las preferencias electorales; 2) el desgajamiento político del PRI que conllevó una desbandada de miembros clave, como el caso de Elba Ester Gordillo, lidereza del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, quien mejor promovió y creó su propio partido Nueva Alianza y 3) que la maquinaria electoral de PRI había sido parcialmente heredada al PAN junto con el poder ejecutivo federal. El PAN demostró ayer que controla la nueva gran maquinaria electoral del país.

Segundo. Los resultados permiten ver los efectos de miedo y desconfianza de la población hacia las instituciones, hacia el sistema de partidos y hacia el sistema electoral en su conjunto. Por un lado, muestra el poder que tiene el uso de una campaña de miedo. En vez de hacer uso mediático de sus propuestas de gobierno, el equipo de campaña de Felipe Calderón decidió inundar los medios de comunicación con una enorme cantidad de ataques personales y sin fundamento hacia López Obrador. Esta campaña fue complementada con los mensajes cotidianos del Presidente Vicente Fox descalificando al proyecto de gobierno del PRD como un “retroceso” y como “populismo.” Estos mensajes, que no pueden ser calificados ilegales por tecnicismo legaloide, debieron ser descalificados por sentido común por parte de la ciudadanía debido a que atentaban directa y flagrantemente contra la equidad entre los contendientes presidenciales. A este respecto habría que mencionar que las campañas del año 2000 no presentaron un antecedente de este tipo (aun cuando el PRI parecía tener un perfil político que permitía suponer el uso de tales recursos para descalificar al entonces candidato Fox). ¿Cuál es pues la diferencia a seis años, cuando se supone que México ha avanzado en su “democratización”? Fundamentalmente la diferencia reside en la falta de personalidad política y, consecuentemente, autoridad del Instituto Federal Electoral y en especial de su Presidente Luis Carlos Ugalde. Existe la errónea percepción de que la ecuanimidad e imparcialidad del árbitro electoral significa mantener un perfil no sólo bajo sino mediocre, cuando en realidad la autoridad electoral debió haber previsto los vacíos legales a través de los cuales se pudieran filtrar los mensajes de opinión electoral tanto del Ejecutivo Federal como los de otros grupos de interés como el Consejo Coordinador Empresarial. Y si no los previese, entonces reaccionar con la energía y contundencia requerida en el caso de un proceso electoral tan importante en la vida política de México. La desconfianza del electorado se ve reflejada principalmente en el más de dos por ciento (alrededor de 825,000 votos) de votos anulados. Casi un millón de personas decidió asumir una posición irresponsable con respecto al presente y futuro próximo político del país. Ya sea que anularan sus papeletas por no confiar en ningún partido o candidato, o por creer que su voto no podría ser diferencia, o por que la banal posibilidad de no votar por ninguno de los partidos les permitía deslindarse de toda responsabilidad con respecto al resultado, lo que es cierto es que esa enorme cantidad de personas (que es mayor a la diferencia entre el primer y segundo lugar) es representativa de una enorme desconfianza en las instituciones electorales.

Tercero. También por desconfianza en los partidos “de siempre,” alrededor del cuatro por ciento de los electores decidieron dar su voto a los dos partidos que están en busca de registro. Afortunadamente, el sistema político mexicano permite la existencia de pequeños partidos políticos al no cerrarse estructuralmente al bipartidismo o tripartidismo. Sin embargo, el clima de incertidumbre y miedo es propicio para que partidos sin verdaderas alternativas puedan ser parásitos del sistema de financiamiento electoral. Ese parece ser un dilema con el que nuestro sistema y nosotros tendremos que sobrevivir. A todo esto es necesario sumar el que el “populismo” sigue siendo una efectiva arma electoral que fue, en el último de los casos, utilizada por todos los partidos, incluso por el PAN que tanto le descalificó.

Finalmente, y poniendo en tela de juicio los halagos y vítores a la jornada electoral, es necesario decir que el 2 de julio de 2006 fue un día en que los ciudadanos mexicanos salieron a votar con un miedo internalizado que tuvo un impacto casi tan importante como el del riesgo de la violencia post-electoral. El verdadero “peligro” para México seguirá siendo el uso de campañas de miedo y la incapacidad de los electores de discernir entre el abuso mediático de los partidos y la potencialidad y consecuencias de su voto. Parafraseando una muy recurrente frase futbolística, “Ayer México jugó (votó) como nunca y perdió como siempre.” Y sí, si hay algo que festejar, debemos festejar que, a pesar de todo, la realidad política de México sigue transformándose y que podemos aprender mucho más de las deficiencias que el proceso electoral implicó esta vez.


Amando Basurto es Maestro en Estudios en Relaciones Internacionales por la Universidad Nacional Autónoma de México.

responsabilite

Mensajes

  • Este señor es uno de los "analistas" especializados en ver lo negativo donde no lo hay. Mexico, gane quien lo haga, ha dado un ejemplo de pulcritud electoral, mediante el voto manual, que es admirado en muchos paises acostumbrados por la fuerza a practicar elecciones siempre cuestionables. Un registro electoral realmente millonario en electores, abierto siempre al publico, un proceso de escrutinio visto por todo el mundo, una oferta de los candidatos de reconocer la victoria del otro aunque sea por un voto, nos dicen de la calidad de los mexicanos y de su democracia. Por otra parte si el PAN luce como una fuerza definitivamente emergente y la coalicion de izquierda luce solida electoralmente, el PRI ha dado muestras inuistadas de fortaleza. Viva Mexico y su democracia. Abajo las casandras presagiadoras de desastres inexistentes y de criticas sin fundamento hechas con el solo proposito de darse bomba. Mexico no te me achicopales. Desde Caracas, Venezuela. Un admirador del pueblo mexicano, de su democracia y de las mujeres mas chulas del mundo. Los democratas estamos de fiesta. !!!Si hay que festejar en Mexico!!!

    • Viva México!! Viva la sempiterna pugna entre clases sociales!! Viva el silencio a cambio de... espejitos...!!! Vivan las matanzas impunes!! Vivan los desorbitados slarios de la clase política!! Viva el racismo entre mexicanos!! Que viva el menosprecio a la inteligencia popular!! Vivan las campañas políticas vacías de contenido y cargadas de sucia y descarada manipulación!! Vivan la embajada de los Estados Unidos y Salinas de Gortari, verdaderos autores de nuestra democracia!! Viva el código penal que todo lo permite, sabiendolo utilizar!! Viva el engaño de la democracia!! Viva México!!

      Sí, nunca antes se había vivido en México un proceso electoral de estas magnitudes, en lo que a la transparencia y participación se refiere. Lamentablemente estos comicios han desvelado una realidad turbía y difícil de combatir, que es la división social y económica que define este país, un país de contrastes, o mejor dicho, un país bicolor.

      Primero, resulta un gran avance el aumento en la participación de los comicios, si bien una de las principales barreras contra las que hemos chocado durante sexenios eran los altos índices de abstencionismo, ahora nos damos de topes con los métodos deficientes con los que estamos haciendo política, farandulísmo puro y duro, campañas estudiadas que se basan en las estratégias sensacionalistas al estilo reality show, vamos, lo que todos sabemos, méritos por descalificación del adversario...

      Segundo, ¿Como podría el pueblo mexicano llegar a la verdadera representación, a ese lejano ideal de lo que es la verdadera democracia? Término que por cierto lo escucho muy a menudo como muletilla en boca de políticos para causar la algarabía de las masas, sin siquiera referir a su verdadero significado, a sus consecuencias más entrañables que tienden a la homogenización de intereses, cosa que en méxico resulta imposible imaginar tal y como están las cosas.

      Es muy fácil decir "En México la democracía es una realidad", sobre todo si las cifras lo respaldan, pero ¿qué está pasando? ¿Qué realmente quiere decir que, gane quién gane, queda otra mitad de un país que no está siendo representada? Seamos sinceros, nos queda mucho, mucho para acariciar un verdadero estado de democracia, quizá estos son los primeros pasos, pero de eso a festejar...

      En méxico falta algo que es imprescindible para entender esta dolorosa pugna entre una misma sociedad, y es mirar atrás, no por ser retrógradas, sino por comprender que quizá 500 años son pocos para estabilizar una nación que se formó de la manera en que sucedió... Lo recuerdan??

    • Quedamos ante una nación dividida que de un lado tiene a la cada vez más rica burguesia y crecimiento neoliberal y por el otro a 40 millones de pobres.
      Pese a todos los errores del foxismo, a su desastrosa administración, a su calamitosa política exterior, a su abandono de la soberanía y su postración ante los intereses imperiales, la mitad del pueblo mexicano acepta ese desgobierno y trata, incluso, de prorrogarlo en su sucesor.
      Pero lo que demuestra esta votación es que los mexicanos, pese a todos sus contratiempos y cuitas, se apegan a un cierto conservadurismo, a una prudencia que le preserve el changarro, la tele y el vocho─, a quienes lo tienen. Demuestra que una gran parte de los mexicanos desea mantener a este país como un mercado seguro de los productos industriales norteamericanos, un suministrador de materia prima y mano de obra, con una democracia virtual donde la opinión es regentada desde los medios masivos de comunicación; un Estado cercado y restringido donde sus funciones son entregadas a la iniciativa privada.
      Pero lo que demuestra esta votación es que los mexicanos, pese a todos sus contratiempos y cuitas, se apegan a un cierto conservadurismo, a una prudencia que le preserve el changarro, la tele y el vocho─, a quienes lo tienen. Demuestra que una gran parte de los mexicanos desea mantener a este país como un mercado seguro de los productos industriales norteamericanos, un suministrador de materia prima y mano de obra, con una democracia virtual donde la opinión es regentada desde los medios masivos de comunicación; un Estado cercado y restringido donde sus funciones son entregadas a la iniciativa privada.

      .Para ser realistas era dificil que dejaran ganar los millones de votos de Andres Manuel por todas las razones y alucinaciones que a usted se le antojen pero sobre todo porque no seria tan fácil el entreguismo que Bush demanda de sus vecinos. El desarrollo de las fuerzas productivas no podria prescindir de esa izquierda que se ha vertebrado en torno a la figura del tabasqueño, por tanto, el esfuerzo no ha sido en vano. No se podria saquear impunemente, o al menos en silencio, porque hay otro México que estaria vigilante.

      Lo que sí esta claro es que se va a perpetuar por otro sexenio la desigualdad social entre poseedores y desposeídos. El país de los letrados que desayunan en Sanborn’s prevalecerá sobre la tierra desguarnecida de los analfabetos que sólo comen maíz. Los jornaleros de baja paga, los maquiladores, las muchedumbres de emigrantes que escapan a Estados Unidos, los campesinos que sólo se nutren de lo que logran sembrar, esos, no tendrán voz ni representación.
      Cualquier parecido con las elecciones entre Buch y Gore, y aquellas que hicieron triunfar a Yeltsin es pura coincidencia.

    • Me parece que el artículo de Amando Basurto es todo menos un análisis que se especializa en lo negativo. Creo que es más bien una visión que refleja el sentir de la mayoría de los mexicanos y las mexicanas. La democracia mexicana parece maravillosa cuando se experimenta en otro país y apesar de que me parece estupendo que usted muestre tanto interés en nuestro proceso electoral, y celebro este intercambio, es necesario ser más cuidadosos con respecto a lo que celebramos. No creo que debamos celebrar la polarización política e ideológica que deja esta elección como consecuencia de las actitudes extremistas y poco inteligentes de todos los candidatos en sus campañas. Creo que cuando vamos a las urnas con miedo, lo cual es cierto en la mayoría de los casos, quiere decir que algo falla en nuestra democracia y que hay mucho que falla en nuestras instituciones. Cuando votamos por "el menos malo" o votamos "a pesar de" quiere decir que los candidatos y los partidos políticos no están a la altura de las necesidades y las exigencias de la ciudadanía. Además, la democracia no se constituye ni se consolida solo a través de las elecciones. Las elecciones limpias, con tecnología último modelo admiradas en todo el mundo son una condición necesaria más no suficiente para que un país pueda llamarse a si mismo democrático.

      Decir que México es un país democrático ofende a todos aquellos que siguen viviendo la desigualdad, la injusticia social y la pobreza. Insulta a todas las mujeres que siguen siendo asesinadas impunemente en Juárez y a las que mueren por complicaciones de parto en muchos lugares de Oaxaca, Guerrero y Chiapas. A las 400 mil personas que intentan cruzar la frontera con los Estados Unidos cada año arriesgando su vida y dejando mucho atrás porque en su país no encuentran oportunidades. A todas y todos los jóvenes que por falta de recursos no pueden terminar sus estudios y por lo tanto ven sus oportunidades limitadas. A las familias de los mineros muertos en Pasta de Conchos quienes recibieron como indemnización insultos y regaños por parte del "gobierno del cambio". Quizás hay cosas buenas, como en todo. Pero hay que ver como se reparten y quien se beneficia. El argumento de que el cambio toma tiempo no es válido para los y las que están esperando el cambio desde hace mucho más de seis años.

      Finalmente considero que es el momento de la crítica y que ésta no siempre se hace con el objeto de la negatividad y de la no propuesta. Celebremos la democracia cuando de verdad caminemos hacia allá. Yo, por lo menos, exigo más que un proceso electoral admirado por todo el mundo. La desigualdad que prevalece y que se reproduce en mi país no se merece menos.

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