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Génesis del esfuerzo de un pueblo con ideal bolivariano

VENEZUELA - La política exterior de la revolución (I)

Ernesto Wong Maestre

Domingo 6 de marzo de 2011, puesto en línea por Barómetro Internacional, Ernesto Wong Maestre

"¡Pueblo que te amo y te daré toda mi vida! Me consumiré gustosamente a tu servicio, pueblo amado, como se consumen los pajonales de la sabana con los incendios del verano”. [1]
Hugo Chávez

La política exterior de la Revolución Venezolana (1999-2010) se ha distinguido por las posiciones independientes y soberanas, constitucionalistas, frente a todos sus interlocutores y ante el resto de la comunidad mundial, lo que la diferencia sustancialmente de la llevada a cabo por gobiernos anteriores a 1999 que estuvo caracterizada -en general- por la identificación y dependencia hacia las posiciones internacionales de los gobiernos estadounidenses y la casi nula interrelación con América Latina, El Caribe, África y Asia.

Una de las primeras y nítidas expresiones del rumbo que tomaría la política exterior de Venezuela a partir de la aprobación de la primera Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, ocurrida el 17 de noviembre de 1999, se dio en ocasión del desastre natural de diciembre de ese año en Vargas, ciudad costera cercana a la capital, cuando el presidente Hugo Chávez Frías rechazó la propuesta del gobierno de Estados Unidos de montar una base de operaciones militares en el litoral varguense para “socorrer” a las víctimas de los deslaves e inundaciones, en contraste con la relampagueante ayuda médica ofrecida por la Cuba socialista y aceptada por Venezuela que comenzó a salvar decenas de vidas y atender a cientos de heridos a las pocas horas de ocurrir los lamentables acontecimientos y se mantuvo por varios meses a solicitud de la población varguense, lo que constituyó también la primera muestra masiva de la potencialidad ética encerrada en la nueva Constitución aprobada y la expresión de sus valores.

En efecto, el primero de los Principios Fundamentales que recoge la Constitución se expone en el artículo 1: “Venezuela se declara República Bolivariana, irrevocablemente libre e independiente y fundamenta su patrimonio moral y sus valores de libertad, igualdad, justicia y paz internacional, en la doctrina de Simón Bolívar, el Libertador”. Y continúa: “Son derechos irrenunciables de la Nación la independencia, la libertad, la soberanía, la inmunidad, la integridad territorial y la autodeterminación nacional”.

De manera que las primeras expresiones de la política exterior bolivariana vendrían a corroborar, en la praxis diaria, lo establecido por referendo constitucional y aprobado mediante el sufragio universal por el pueblo de Venezuela, luego de que este eligió presidente, por esa misma vía, un año atrás (diciembre de 1998) a Chávez, primer ciudadano venezolano no propuesto por ningún partido político tradicional y con sangre indígena, africana y europea que llega a la presidencia en el siglo XX.

Durante los primeros cinco años la política exterior venezolana se encaminó -como es lógico- a fortalecer las relaciones internacionales con el entorno más receptivo y cercano, y a sentar las bases para crearlas y proyectarlas hacia Asia y África, en tanto se mantuvieron con Europa en un perfil normal. Todo ello condicionado por el balance de la correlación interna de fuerzas políticas entre los partidos políticos tradicionales opuestos cada vez más violentamente a las transformaciones y el gobierno que las ha llevado a cabo.

En la medida en que las capacidades del bolivarianismo se fortalecieron para vencer cada obstáculo interpuesto por las fuerzas reaccionarias ultraderechistas –como haremos observar más adelante- la política exterior fue asumiendo, con mayor fuerza y praxis, su responsabilidad ante los postulados de política exterior expresados en el texto constitucional que se inicia con el artículo 152 como veremos al final de este artículo.

A partir del último trimestre del 2004 el dinamismo de la política exterior de la Revolución Venezolana comienza a incrementarse. El líder bolivariano da a conocer a todo el pueblo y a sus cuadros las Diez Líneas Estratégicas a seguir hasta el 2007 para impulsar el proceso revolucionario, entre las cuales situó “seguir impulsando el nuevo sistema multipolar internacional”.

Tres años más tarde, ante nuevas condiciones políticas que tornaron la situación revolucionaria más favorable a los cambios, la dirección colectiva del proceso prepara y da a conocer el primer Proyecto Nacional Simón Bolívar 2007-2013, primer plan socialista de la Nación (PPSN), una guía de trabajo para todo el aparato gubernamental y político que apoya las transformaciones para el desarrollo económico y social de Venezuela. Entre sus 7 directrices dos de ellas trazan las líneas para la arena internacional: la visión del país como potencia energética mundial y la nueva geopolítica internacional.

Comenzaría así un extraordinario esfuerzo de gestión internacional entre el 2007 y el 2010 que ha llevado a Venezuela a desempeñar significativos roles en la arena regional y mundial, a favor de la paz, la amistad, la solidaridad y el intercambio mutuamente ventajoso con interlocutores como Argentina, Brasil, China, Cuba, Rusia, Bielorrusia, Ecuador, Bolivia, Portugal, Irán, Siria, Nicaragua, Ucrania, Libia, Gambia, Argelia, Suráfrica, Angola, Uruguay, Dominica, Antigua y Barbudas, San Vicente y Granadinas, entre otros países de Latinoamérica, Asia y África, no sin encontrar obstáculos provenientes de las campañas permanentes del gobierno de los EEUU y los medios de comunicación transnacionales al servicio de los intereses de los grupos ultraconservadores del país del norte que llevan a cabo sus guerras en Iraq, Afganistán, Paquistán y Yemen.

El reconocimiento y apoyo popular al rumbo socialista declarado y a la política exterior del gobierno del Comandante Hugo Chávez tuvo dos claras expresiones en las elecciones de gobernadores y alcaldes de noviembre del 2008 y en la elección de la nueva Asamblea Nacional, Congreso de la República, del 2010. Como era de esperar según las tendencias históricas de participación, en las segundas el triunfo bolivariano fue menos arrollador que en la primera.

No obstante, en ambas, la victoria socialista bolivariana sobrepasó el 59% de los cargos en juego, destacándose la victoria del 78% de las gobernaciones y del 80% de las alcaldías, lo que constituyó un extraordinario record, muy significativo en la América Latina inundada de campañas antisocialistas y anticomunistas llevadas a cabo por todos los medios de comunicación posibles, donde propuestas semejantes a la venezolana todavía transitan por caminos muy escabrosos en medio de poderes muy asimétricos. Cuba y Venezuela son las excepciones, aunque en el camino socialista también se ha incorporado Bolivia, Ecuador y Nicaragua, cada país y proyecto en condiciones histórico-concretas propias y por tanto con características particulares y también generales. (Fin de la 1ra de 5 partes)


wongmaestre[AT]gmail.com

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[1Pág. 58, Las Líneas de Chávez, Hugo Chávez Frías, Tomo 1, Nros. 1-56, Enero 2009 a Enero 2010.

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