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La ONU impone ahora presidentes

Ernesto Tamara

Domingo 1ro de mayo de 2011, por Barómetro Internacional, Ernesto Tamara

Sin necesidad de ningún mandato del Consejo de Seguridad de la ONU, las tropas francesas estacionadas en Costa de Marfil, bombardearon el palacio de gobierno y decidieron la guerra civil en ese país. La ONU decide ahora por si misma, que elecciones son válidas y quienes deben ser los mandatarios de cada país, por lo menos en África.

Las fuerzas militares de las Naciones Unidas han adquirido una peligrosa independencia, por lo menos en África, donde ya asumen posiciones de defensa de los bandos en pugna, cuando teóricamente debía estar allí para separarlos y evitar el conflicto armado.

En el caso libio, la ONU cedió el poder de decidir como instrumentar una zona de exclusión aérea a la alianza militar del Atlántico Norte (OTAN). Francia, con su neo Napoleón (por la altura nada más) en el poder inició los bombardeos a tropas del mandatario libio, Muammar Kadaffi, en respaldo a las tropas rebeldes que no estaban para nada desarmadas. Por lo pronto, la propia OTAN se confundió y bombardeó por error un grupo de tanques rebeldes que no mostraban adecuadamente sus banderas monárquicas.

Excediendo su mandato las fuerzas de la OTAN bombardearon la capital Tripoli, pese a que allí no se registraban combates, destruyó radares, edificios de gobierno, y masacró a civiles, según denunció en su momento el representante del Vaticano en la capital libia.

Ahora Francia quiere extender la resolución de la ONU, que establece una zona de exclusión aérea para defender a la población civil de los ataques, y que autorice bombardeos a las “armas pesadas” de las tropas de gobierno. Esta actitud del gobierno francés se asemeja en mucho a lo que han realizado en Costa de Marfil.

Un ex funcionario del FMI a la presidencia

El presidente franceses Nicolas Sarkozy tiene el sueño de recuperar las colonias francesas en África y sus tropas tienen presencia activa en varios países de ese continente.

Costa de Marfil se transformó en los últimos meses en un laboratorio de ensayo de nuevas prácticas de intervención militar y recambio de presidentes. El operativo tuvo varias etapas e implicó en primera instancia un gran operativo mediático para volcar la opinión pública a favor de una intervención militar.

Los diarios europeos y todos los grandes medios de comunicación han estado repitiendo que el presidente Laurent Gbagbo se transformó en un dictador que no reconoció los resultados de las elecciones de noviembre pasado, y algunos, como El País de España, aseguraron que nunca llegó al gobierno por elecciones.
Sin embargo, Gbagbo, que combatió la dictadura militar apoyada por Francia, llegó a la presidencia al ganar las primeras elecciones democráticas en el año 2000. Sólo tuvo dos años de tranquilidad hasta que un intento de golpe de Estado se transformó en una rebelión militar que dividió al país en dos. El norte de mayoría musulmana quedó en manos de los rebeldes y el sur bajo dominio del presidente. Las tropas francesas y de la ONU intervinieron en el país para separar los bandos y fundamentalmente frenar la ofensiva del gobierno que estaba liquidando la resistencia. Con la mediación de gobiernos africanos se llega a una tregua, pero los rebeldes no abandonan las armas, sino que por el contrario se fortalecen en su territorio.

La inestabilidad del país llevó a aplazar las elecciones previstas para el 2005. Finalmente, en noviembre del pasado año se realizan las elecciones en segunda vuelta. La prensa de entonces recoge denuncias de fraude en ambas partes del país. Por ejemplo se menciona que en la zona rebelde los partidarios del presidente Gbagbo no pudieron votar. El conteo de votos de la segunda vuelta se demora y en un mismo día, el Consejo Constitucional declara nulo medio millón de votos de la zona norte –todos al opositor Alassane Quattara– un ex funcionario del FMI que llegó a ocupar altos cargos en el gobierno del vecino país de Burkina Faso por su doble nacionalidad- y proclamó reelecto al presidente, mientras que la Comisión Electoral declaraba presidente electo al opositor.

Los gobiernos europeos y norteamericanos –definidos por los grandes medios como “la comunidad internacional”– reconocieron la victoria de Quattara y comenzaron a presionar por la salida del presidente Gbagbo.

Con ese respaldo, los rebeldes lanzaron una ofensiva militar que contó con el activo respaldo de las tropas francesas y de la ONU. A diferencia de la actitud de las tropas de la ONU en Rwanda o el Congo ahora, donde no intervienen aunque los bandos en pugna estén masacrando civiles, el mando francés y de la ONU en Costa de Marfil, tomaron partido por los rebeldes bombardeando el palacio presidencial y capturaron al presidente para entregarlo a los rebeldes.

La acción no contó con ninguna resolución del Consejo de Seguridad. El mando militar de las “tropas de paz” en ese país decidió por sí mismo cual resultado de las elecciones era el correcto y que acciones se debían adoptar para cambiar de presidente.

El antecedente es sumamente peligroso. Ahora la ONU, o los militares al mando de las “tropas de paz” se convierten en jueces y verdugos de situaciones políticas complejas, y resuelven a la medida de la “comunidad internacional” es decir de las opiniones de las potencias, salteándose cualquier discusión, votación o resolución de la ONU.


ernestotamara[AT]gmail.com

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