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Connie Mack

ESTADOS UNIDOS - Tea Party, conservadurismo y defensa al terrorismo

Leandro Albani

Jueves 20 de enero de 2011, por Barómetro Internacional

No duda en llamar, de forma abierta y pública, a asesinar a un presidente ni tampoco oculta su admiración por personajes que han hecho de su vida un plan continuo de atentados y sabotajes contra Cuba. A estos dos objetivos del congresista republicano Connie Mack, se le deben sumar un discurso y accionar que representa a la ultra derecha estadounidense donde los rasgos xenófobos y la historia de segregación del sur confederado siempre están presentes.

Como responsable de la subcomisión para el hemisferio occidental de la cámara baja del Congreso, para este año se esperan nuevos ataques de Mack contra los procesos de cambios que vive la región de Latinoamérica y El Caribe. Entre sus proyectos más "lúcidos", el congresista promovió una ley que autorizó un fondo de 10 millones de dólares para contrarrestar la supuesta propaganda anti-americana del canal de televisión latinoamericano, Telesur.

Representante del ultra conservador Tea Party y miembro del American Security Council Foundation (ASCF), este último es una alianza de sindicatos, empresas y la Casa Blanca. Se dedica a financiar a partidos y grupos opositores en países calificados por Estados Unidos como "enemigos".

En tanto, los mensajes reaccionarios difundidos por el Tea Party son considerados por analistas políticos como generadores de violencia, como en el caso del atentado contra la congresista demócrata Gabrielle Giffords, hecho que hasta ahora se ha cobrado la vida de seis personas, incluyendo la del juez federal, John M. Rol, de un niño y dos asistentes de la congresista.

Al asumir su nuevo puesto, Mack declaró que su meta principal es incluir a Venezuela en la lista de países que patrocinan el terrorismo.

Tanto Mack como la congresista cubano-americana Ileana Ros-Lehtinen se caracterizan por el empeño de difundir denuncias sin sustento contra el gobierno del presidente Hugo Chávez, además de defender las acciones de connotados terroristas como Luis Posada Carriles y Orlando Bosch. En 2010, durante un encuentro en el Capitolio con sectores derechistas del continente denominado "Peligro en los Andes", el legislador republicano manifestó su apoyo a un atentado contra el mandatario venezolano. Esto fue revelado por el presidente boliviano, Evo Morales, que calificó a Mack como "asesino confeso". El Jefe de Estado de Bolivia señaló en ese entonces que si el presidente Chávez sufría un atentado, "el único responsable será este congresista de Estados Unidos".

Una investigación del periodistas Jean-Guy Allard, recordó que el padre de Mack, entonces senador Connie Mack III, junto Ros-Lehtinen encabezaron la campaña para la liberación de Bosch, el jefe de la organización terrorista internacional CORU que además de los sabotajes contra Cuba tuvo la osadía de atacar con una bazoka a un barco polaco en un puerto de EEUU. Calificado como "héroe" por ambos políticos, Bosch recibió también el apoyo de Jeb Bush, hijo y hermano de los ex presidentes, y posteriormente gobernador de Florida.

Pero si algo caracteriza a Connie Mack es su abierta defensa a políticos y militares golpistas, como quedó demostrado en Honduras. Luego del derrocamiento del presidente legítimo de ese país, Manuel Zelaya, en 2009, el legislador viajó a esa nación para expresar el apoyo al empresario Roberto Micheletti, quien encabezó los planes desestabilizadores. Sin dudar, Mack declaró antes de la visita: "Es importante recordar que la salida de Manuel Zelaya no se produjo por un golpe. La Corte Suprema de Honduras, el fiscal general, el Congreso y el pueblo hondureño hicieron lo correcto al hacerle frente a Zelaya cuando usurpaba la ley y destruía la Constitución".

Si a nivel mundial hubo cientos de pronunciamientos contra el golpe de Estado, tanto de gobiernos como Jefes de Estado, el congresista republicano argumentó que "el pueblo de Honduras merece saber que Estados Unidos y otras naciones amantes de la libertad alrededor del mundo los apoyan y desean una solución pacífica y legal". Luego se conoció que legisladores estadounidenses, entre los que se encontraba Mack, utilizaron fondos públicos para apoyar el golpe en Honduras.

Un artículo de Erin Rosa explicó que el monto fue de 25 mil dólares, cifra que se desprende del análisis de los informes de viajes de los legisladores de extrema derecha Connie Mack, Brian P. Bilbray, Dana Rohrabacher e Ileana Ros-Lehtinen. En el artículo se afirmó que "esos viajes fueron hechos por los golpistas y sus partidarios para crear una falsa sensación de legitimidad con respecto a sus tácticas de criminalización de la resistencia civil y el cierre de medios de comunicación en el país".

Retomando los discursos y las acciones más radicales del neoconservatismo estadounidense, Mack se presenta como cabecilla de una corriente que va en aumento en Estados Unidos, y no deja de alardear sus vínculos con asesinos confesos y sus planes de magnicidio que prepara para América Latina.


leandroalbani[AT]gmail.com

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