Portada del sitio > Español > Global > Los muros de la paz aparente
Los muros de la paz aparente
Bruno Peron Loureiro
Jueves 20 de enero de 2011, puesto en línea por ,
La situación de conflicto entre Israel y Palestina no tiene tregua.
Lo que se esperaba resolver por la negociación bilateral, cede ante las tentaciones unilaterales de Israel, que continúa construyendo asentamientos judíos en Cisjordania y Jerusalén Oriental.
El pulverizado pueblo palestino acompaña los movimientos de su líder Mahmoud Abbas que negocia la formación de un Estado Palestino contiguo al de Israel.
La estrategia de Abbas es conquistar el apoyo internacional contra la resistencia de Israel y Estados Unidos, los dos aliados tradicionales. El líder palestino demanda una resolución del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (ONU) que declare ilegales los asentamientos judíos en Cisjordania.
Israel es la puerta de entrada del control estadounidense en el Oriente Medio y el país de mayor afinidad ideológica en la región. No es de extrañar que los israelíes se apoderen de la zona con la misma indiferencia con que los anglo-americanos marcharon hacia la costa del Pacífico y luego se devoraron la mitad de México.
El jefe israelí Benjamín Netanyahu volvió a mencionar la importancia del recurso de la negociación para la paz en la zona de Medio Oriente, mientras varios países sudamericanos declararon que reconocerán al Estado Palestino mientras éste sea creado desde las fronteras anteriores a la Guerra de los Seis Días en 1967. Esta configuración incluye la Franja de Gaza, Cisjordania y Jerusalén Oriental.
Los siguientes países de América del Sur son favorables a la creación del Estado Palestino: Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay, Ecuador y Venezuela. Existe resistencia a ese reconocimiento en Chile y Colombia. Los gobiernos tenidos por más progresistas de este modo tienden a conceder el mayor apoyo al menguado pero valiente pueblo árabe palestino.
El Brasil en su momento se mostró favorable en diciembre de 2010 recibir una embajada palestina e indicó el terreno dónde ella se establecería en Brasilia. El ex presidente Lula estuvo en Israel y Palestina en marzo de 2010 mientras que el líder palestino Mahmoud Abbas estuvo em Brasil em 2005 y 2009.
La decisión de Lula y la cancillería brasilera causo disconformidad entre algunos representantes de países dominantes en la comunidad internacional. Alegan que Brasil no tiene la influencia para meterse en el conflicto histórico del Medio Oriente, pero olvidan que el país y la América Latina están cada vez más activos en las discusiones de carácter mundial. Además, dejar estos temas solo en las manos de los “grandes” se ha vuelto siempre trágico.
Poco se cree que un grupo selecto de países podrá poner término a las animosidades existentes entre israelíes y árabes, de ahí la necesidad de la intervención diplomática de otros países.
De América Latina saldrá no sólo la materia prima para las industrias de países más ricos, sino también ideas y propuestas para la paz mundial que hasta ahora solo recibíamos de oídas.
Atribuyen al nombre de “negociación de paz” a la toma de territorios de los palestinos por parte de los israelíes. El diseño de los mapas desde el inicio oficial del Estado de Israel hasta hoy denuncia quién se ha beneficiado de una situación aparentemente bajo control pero cuyas diferencias se marcan con la construcción de muros.
Es muy duro imaginar como todavía se disputan tierras como en los viejos tiempos en que no se llevaban litigios a cortes internacionales. De esta privación de la naturaleza se libran los hacendados en el Brasil. Mejor aún, festejan que al pueblo aquí no le importe el hacinamiento en las ciudades mientras ellos concentran en sus manos los suelos fértiles.