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Imbuida en la estructuración del socialismo del Siglo XXI

VENEZUELA - El uso de la cooptación para elegir dirigentes genera debates internos

Rodrigo González

Sábado 9 de abril de 2011, puesto en línea por Barómetro Internacional, Rodrigo González

En esta nueva entrega de reflexiones decidimos introducirnos en algunos debates que se han venido desarrollando en Venezuela, sobre las elecciones de la direcciones estadales y municipales del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), sin ningún ánimo de condenar el derecho a las decisiones de esta tolda política, pero si de aportar algunos criterios sobre los debates que se generan en las bases sociales de la revolución bolivariana, en lo que nosotros definimos como un proceso revolucionario -que abrió nuevamente el debate del socialismo- luego del fracaso de varias de sus experiencias en el siglo XX y la concreción de varias iniciativas en Venezuela y América Latina en mecanismos de intercambios e integración.

Pero es indudable que luego de 12 años de creación de un modelo popular y social que atravesó varias propuestas, desde un modelo progresista, sustentado en la independencia nacional hasta el año 2002, para luego avanzar hacia un modelo caracterizado como el Socialismo del Siglo XXI, tratando de definir una nueva experiencia alejada de los males y desviaciones del denominado socialismo real -aquel de la Unión Soviética (URSS) y parte de la Europa Oriental, donde el concepto de revolución de las masas o el poder de los soviet (organización popular de las bases de los socialista en la URSS) fue abandonado en el camino- debemos analizar con reflexión cada paso que vamos dando.

Aquella concepción de organización social (soviet) fue perdiendo su capacidad de participación y decisión en la construcción del partido comunista soviético, excluidos sus integrantes de su derecho y capacidad para elegir a los miembros de las direcciones del partido, lo que generó un casta política de burócratas que gobernaban en nombre del pueblo, siendo esta estructura a finales de 1989, una organización de personas mayores de 50 años y lideres mayores de 60 años, apoyada por solo el 30 por ciento de los ciudadanos de la URSS. Por eso se desmoronó su sociedad en menos de 5 años, ya que no estaba arraigada en las masas, ni en las aspiraciones del pueblo soviético, hoy participante en gran parte de la nueva Rusia sin zares, pero con muchos mecanismos de una nueva burguesía dispuesta a retomar su espacio político militar y económico.

En esa búsqueda de encontrar una sociedad en tránsito al socialismo, nuevamente surgen los peligros de crear mecanismos no adecuados de selección de cuadros o dirigentes para el partido, o para cualquier instancia organizativa de la sociedad comunal o popular. En esa búsqueda o elección de cuadros políticos incide el factor humano, los intereses personales, las apetencias económicas que dan algunos cargos, y permite mucha desviación individualista. Esto genera que muchas veces recae en una minoría la responsabilidad de apoyar la selección de dirigentes regionales y municipales, sin la elección de las bases y sin su participación en los mecanismos de selección de los dirigentes mas aptos políticamente y con una conducta de principios revolucionarios y socialistas.

La cooptación no es un mecanismo idóneo para la selección en el socialismo

Si concebimos el proceso socialista venezolano como una Democracia Protagónica y Participativa, en confrontación con la antigua democracia representativa de partidos de la Oligarquía y la burguesía, donde se aplicaban los cogollos (grupos de poder internos) y las componendas alcanzadas en la denominada alianza del punto fijismo en el año 1959, entre los partidos Acción Democrática (AD) y el Social Cristiano (COPEI) que se alternaron en el poder en Venezuela durante 40 años, con una política social alejada de las necesidades sociales del pueblo venezolano. Hoy hemos avanzado en la construcción de nuevas iniciativas sociales y económicas, se ha legislado en materia de poder popular en los Consejos Comunales, en la propuesta de Comunas, para tratar de crear una verdadera democracia participativa.

No podemos anteponer esta nueva realidad de crear una conciencia social, de buscar las decisiones de las comunidades organizadas y luego dejarlas fuera de una de sus mayores decisiones políticas y socialistas, elegir a sus dirigentes. Las comunidades deben hacer una evaluación de los mismos, confrontar su militancia y su capacidad de dirigente revolucionario, su conducta moral y que sus principios sean un ejemplo para la nueva sociedad que estamos construyendo. Pero en contradicción con este concepto o principio se apela a mecanismos de selección muy rígidos y manipulables como la cooptación, definido como un sistema de organización por el cual una asociación cualquiera de personas nombra internamente a sus propios miembros, sin dependencia de criterios externos, creando de esa manera un procedimiento de selección que va en desmedro en la elección democrática del nuevo modelo socialista.

Si bien el debate del nuevo modelo socialista permite buscar nueva experiencias, para no caer en los mismos errores, también podemos asumir que la cooptación nos resuelve con celeridad la conformación de direcciones del partido regional o municipal, hasta defenderla como el mejor criterio, pero podemos caer en lograr rapidez y retroceder en el trabajo con las bases de la revolución y del partido, que se ven marginadas de la elección de sus dirigentes.

No hay que concebir a la cooptación sin conocer su origen y sus objetivos

Es importante definir que es la cooptación y como fue concebida, que no tiene nada que ver con el socialismo, surgió vinculada a las intrigas del papado católico, para erradicar de sus membresías o adeptos a los defensores de la corriente de Jesucristo, en la creación del gran poder autocrático de la hoy Iglesia Apostólica Romana. Es decir, fue creada como un mecanismo de control sobre los miembros del clero, para ser afines a la monarquía autocrática. Por lo mismo la cooptación tiene como gran ventaja el otorgarle autonomía a una organización, para poder definir por sí misma quiénes serán sus propios miembros o no.

La desventaja de la cooptación es que, debido a la inercia propia de las instituciones, puede llevar a la elección de candidatos conservadores, poco dados a la innovación, y por ende, provocar el anquilosamiento de la misma. Algo por el estilo ocurrió en el partido comunista soviético, que perdió su vínculo con la mayorías del pueblo y generó la desaparición de un modelo socialista, Lenin llego a concebir este método en la época de guerra, ya que era imposible reunir a asambleas o estructuras generales del partido en la clandestinidad, pero no concebía esta forma de selección en los períodos de paz y en la construcción de la nueva sociedad En términos muy generales y teóricos, pueden contraponerse a la cooptación como sistemas de elección de cargos y de membresía en asociaciones, los de elección por parte de electores, los de pertenencia por derecho hereditario dinástico o de casta, los de elección por sorteo, y los de adhesión libre y directa por parte del interesado.

Debemos fortalecer la conciencia y organización del pueblo como garantía del socialismo

Es indudable que la construcción de un modelo socialista participativo, democrático y protagónico, no se hace de la noche a la mañana, muchos teóricos han creado cientos de propuestas, pero mucha de ellas se sustentaron en las vanguardias iluminadas, en corrientes que se diferenciaban hasta por el líder que se autoproclama para dirigir la revolución, en ese proceso de desviaciones de un verdadero socialismo, cuyo el centro de construcción está en la sociedad, en el pueblo organizado y con conciencia de su existencia como poder legitimado. Porque no podemos crear estructuras y luego hacerlas dependientes del estado. Para que el pueblo pueda llevar adelante sus propios objetivos en el marco del socialismo tiene que tener un elevado nivel de conciencia, no sólo para acompañar el proceso revolucionario, sino para saber porque participa, cuales son sus deberes y derechos en la vida de su comunidad, sobre todo con qué principios morales y revolucionarios construye su familia y el entorno de la comunidad en que vive.

Uno de los principios que ha movido al capitalismo es el individualismo, una carrera del hombre contra el hombre, para alcanzar su felicidad individual, apartando sus objetivos del resto de su familia y comunidad, creando una sociedad de consumo, donde los valores son los valores materiales, los cargos públicos, ser jefe de algo porque da cuota de poder.

Sino rompemos con esta concepción de vida, si no creamos valores colectivos y una nueva conciencia social, no podremos asumir una sociedad de correspondencia social. Porque el individuo participa si logra sus objetivos individuales, en ese marco debemos crear una nueva conciencia, para que el proceso sea a largo plazo, que no dependamos de dirigentes eternos en los cargos, porque debe haber un relevo generacional y una cantera de ciudadanos dispuestos a participar en los cambios socialistas.


gonzalez.rodrigo51[AT]gmail.com

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