Los petrodólares de la EXXON y el cambio climático

El pasado 2 de febrero, el primer equipo del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC), conformado por más de 500 científicos de 130 países (promovido por la ONU), presentó el informe titulado “Cambio Climático 2007: Evidencias Científicas”. Según este informe, los seres humanos somos responsables del 90% del calentamiento global, además indica que los mares en el siglo pasado subieron 20 cm., y pronostican que hasta el año 2100, de continuar los volúmenes de emisión del CO2, ascenderían entre 28 y 43 cm. Indica que entre 1890 y 1990 la temperatura media de la tierra subió 0.6º, y para el presente siglo, en el mejor de los casos, la temperatura de la tierra subirá entre 1.5º a 4.5º, bordeando los 6º en el peor de los casos. No debemos olvidar que, en buena medida, los anteriores pronósticos del IPCC se han cumplido.

Los científicos sostienen que por más que se estabilice el nivel de las emisiones del CO2, el daño para las presentes y futuras generaciones está consumado. Ahora sólo estamos soportando las consecuencias de las emisiones de las pasadas generaciones. Los huracanes y las tormentas tropicales serán más fuertes, porque a mayor temperatura de los mares, mayor es la probabilidad de los huracanes. Lo mismo ocurre con las tormentas e inundaciones fruto de la evaporación de las aguas. Las olas de calor y los inviernos serán más intensos y largos. Fenómenos climáticos como El Niño (fruto de la invasión de las aguas cálidas desde la parte ecuatorial occidental del Océano Pacífico hacia las costas de Ecuador, Perú y Chile) serán más frecuentes y contundentes. De hambrunas y sequías infernales ni hablar. Y lo peor: el 90% de estos desastres afectará a los países empobrecidos (porque carecen de infraestructura y recursos económicos), responsables del 20% de la contaminación atmosférica.

Mientras el clima del planeta está enloquecido, producto, sobre todo, de la quema de los combustibles fósiles, el centro de estudios American Enterprise Institute (AEI), financiado por la multinacional petrolera más grande del mundo, EXXON, ofrece bolsas de 10 mil dólares a científicos e intelectuales de todo el mundo para que cuestionen y desmientan las conclusiones del informe de IPCC. Recordemos que el vicepresidente de AIE es Lee Raymond, ciudadano norteamericano que ocupó el cargo de presidente de la EXXON hasta el 2005. EXXON ha sido denunciada de presionar a la Casa Blanca para que EEUU (país que consume el 25% del petróleo del mundo) no ratifique el Protocolo de Kyoto. La utilidad neta del año 2006 de esta primera empresa petrolera del mundo fue de 377,640 millones de dólares. Esta petrolera promueve y financia en todo el mundo fundaciones ecologistas y centros de estudios climáticos para garantizar sus utilidades a costa del cambio climático. Así, una empresa derrotada científica y moralmente continúa financiando la resistencia a las evidencias científicas del enloquecimiento del planeta. ¿Los países que sufrimos las consecuencias del cambio climático seguiremos creyendo que dichos cambios son castigos de los dioses?

Quizás la EXXON pueda reclutar desinformantes que intenten desmovilizar a la voluntad colectiva de la humanidad. Quizás los medios sigan desinformando u ocultando información porque los dólares de las petroleras son más valiosos que la suerte del planeta. Pero lo que la EXXON no puede ocultar son las desgracias que soportan los sobrevivientes a los huracanes, tormentas, inundaciones y sequías.
Según el documental “La Verdad Inconveniente” de Al Gore, las variaciones de la temperatura de la tierra están en directa relación con las emisiones del CO2. Como nunca antes, este gas contaminante ahora está en la atmósfera en una cantidad de 380 partículas por millón.

Frente a las inclemencias climáticas actuales no nos queda más que solidarizarnos materialmente con los golpeados por el cambio climático. Pero las futuras generaciones nos exigen una conversión ecológica. Seguro que el daño en buena medida ya es irreversible, pero educar a nuestros hijos para que puedan sobrevivirlas es nuestra obligación. Debemos optar, según nuestras posibilidades, por fuentes de energía alternativas. Seguro el optar por más bicicletas y menos automóviles hará bien a nuestra Madre Tierra. Consumo ético y responsable es una exigencia ineludible. Los petrodólares no deben hipotecar el futuro de cuantos aún no han llegado, mucho menos de nuestra Madre Tierra.