Desmontaje político: por medio de una situación cotidiana

Apertura:

¿Cuál es la reacción de un fascista, un liberal, un socialdemócrata (reformista) y un revolucionario cuando se le ofrece una mujer por dinero [1] ?

Potenciales respuestas:

– 1. El Fascista la penetra sin remordimiento y si molesta o se opone a su “técnica”, la mata, quizás haciendo desaparecer el cuerpo. Según él, eso es lo que le tocó vivir, “una suerte de predestinación”.

– 2. El Liberal paga y se siente “libre” para satisfacer su ansia. Es un tema de oferta y demanda, una cuestión puramente de mercado, como se dice.

– 3. El Socialdemócrata paga y exige su derecho [2] . Piensa que al menos es “un trabajo”, un acto de mutuo interés, de clientela, bajo el paradigma de que “todos los trabajos son dignos” y, “por último”, es una forma legítima de obtener ingresos.

– 4. El genuino Revolucionario paga o no, dependiendo de la táctica, pero la rescata de dicho ambiente, a cambio de ningún favor personal. No la toca carnalmente. Incita a la joven a educarse, a pensar en la libertad y la emancipación humana. Y si la fémina, producto de las condiciones, no pudiera liberarse por si misma. La enamoraría y, desde luego, la invitaría a soñar y construir “Un mundo nuevo”, “Justo”, “Sin oprimidos, agresiones y opresiones”, superando el estado de “Colonialistas y Colonizados”, “Vencedores y Vencidos”.

Eso sí, no se sabe con certeza si la astucia, valentía y audacia, se tornaría suficiente para convencer a otros tantos y así superar la cotidiana tragedia humana, propia de la supuesta “Civilización Occidental”. Pero sin lugar a dudas dicho acto, quedaría perpetuamente inscrito en la memoria colectiva de las nuevas generaciones.

Cierre:

No se amarguen, no carguen culpas, ni rencores. Es momento para desensamblar, deconstruir, trasformar. De inseminar con contenido libertario la palabra cambio, de convocar a una nueva materialidad socializante, creativa, noble y esperanzadora. ¡Ambiciosa de idealismo y utopía! ¡Exiliándonos de nuestro egoísmo conformista!

Nicolás Chadud es politólogo y pensador de su tiempo.