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COLOMBIA - Una paz con pies de barro urdida por Poncio Pilatos
Matilda Trujillo Uribe, ALAI
Viernes 23 de diciembre de 2016, puesto en línea por
22 de diciembre de 2016 - ALAI - La paz, como un ídolo que se erige sobre las lacras del modelo neoliberal se desintegra en pedazos, y sus fríos metales caen sobre el cuerpo lacerado del pueblo. Consenso que no es de dioses sino de los sectores populares y organizaciones que luchan por sus derechos claman a una voz por el desmonte del paramilitarismo, el más sanguinario enemigo de la paz. Con paramilitarismo no hay paz, dicen diversas organizaciones sociales y políticas, ni la habrá.
El presidente Santos tal como Poncio Pilatos se lava las manos: “Inocente soy de la sangre de este justo. Vosotros veréis.”. Deja libre, para hacer y deshacer, al autor del atroz crimen –del que no se exime- le cambia el nombre para encubrirlo [1], o niega la existencia del monstruo así se vean a lo largo y ancho del país los cadáveres de sus víctimas.
Qué de impórtale a él de clase marca Made in USA, esa plebe, los de abajo, ha sido visible con sus hechos y palabras que los asume como enemigos si se atreven a reivindicar y luchar por sus derechos, o a subvertir el orden neoliberal, al que no se debe tocar ni con el pétalo de una rosa.
Ayy triste y sanguinario año que se va, es un 2016 enlutado. Luna tras luna “han sido asesinados 104 líderes, han amenazado a más de 300 y han sido blanco de atentados (de los que han salido con vida) casi 50” nos refiere un texto soportando sus datos [2], el mismo remite a otra fuente que registra que son 114 los asesinatos y no 104. Tras las frías cifras sigue la tragedia de un pueblo que aspira a que cese el terror y a un mundo mejor para su existencia rota y mancillada por los poderosos.
Es el terror de serpiente emplumada con el plomo de los tiranos
La Oficina de Colombia del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos observa que el 75 por ciento de las víctimas desarrollaban su actividad en ámbitos rurales, se trata nuevamente de la población más mas ultrajada y vilipendiada en nuestro país: los campesin@s, los indígenas y comunidades negras, tod@s herman@s de clase.
Al parecer estamos ante la cifra más alta de asesinatos en los últimos 6 años. Nos dice otra información que en las últimas semanas casi que un líder social ha sido asesinado o ha sufrido un atentado cada 36 horas* [3]. En estos asesinatos no podemos excluir los de los operativos del ejército mismo, como el caso que tanto me impresiono de uno de los campesinos asesinados: En el sur de Bolívar en una vereda llamado Cuatro Vientos; un escuadrón del Ejército Nacional desembarcó de un helicóptero, se dirigió a una vivienda campesina y sin mediar palabra, disparó contra la humanidad de Álvaro Rincón Galán quien se encontraba allí con uno de sus pequeños hijos al que se abraza, los militares le disparan y lo rematan ante el llanto desgarrador del niño [4].
Los delitos van quedado entre oleadas de dolor y fuego en la impunidad. Ni aun por que se haya identificado a sus autores se hace justicia, como en el caso mencionado, calificados como “errores militares”. Y el presidente de la paz, no exige que se esclarezcan los hechos, ni los procedimientos, y no repara en la aberración y la ruindad que conllevan estos crímenes.
Los estamentos e instituciones del gobierno –cualquiera a quien corresponda- siempre tienen justificaciones y disculpas: inventan chivos expiatorios [5], ocultan los hechos, los distorsionan, colocan cortinas de humo, niegan lo ocurrido y/o los tergiversan mediante sus medios de resonancia, ejemplos sobran, y en ello Poncio Pilatos no se exime, como tampoco se exime su responsabilidad y participación en el devastador acontecer. En el menor de los casos, él, en su calidad de presidente, debiera ejecutar acciones y tomar medidas categóricas, pero, o guarda un silencio cómplice, o se pronuncia alinderándose con las justificaciones aun sin que medie investigación alguna. Tampoco actúa frente al agravamiento de las condiciones de seguridad y de las situaciones de riesgo que afrontan los defensores de derechos humanos, ni frente a aquellas inhumanas y crueles cárceles del país y los prisioneros políticos pese a las ingentes demandas, llamadas y exigencias de las diversas organizaciones populares. Este señor de inmaculada pretensión, de mínimo está incumpliendo sus obligaciones constitucionales, de máximo tiene un historial que muestra una catadura de terror.
Cosa curiosa que a mí me parece, es que el santo devoto de la paz, sí actúa en cambio con efervescencia diligente cuando se trata del uso y abuso del aparato del estado -ESMAD- para reprimir la protesta. Que yo observe, toda expresión de lucha o exigencia de los legítimos derechos durante sus gobiernos ha sido acompañada con la fuerza de la violencia que ha dejado en no pocos casos muertos y heridos [6]. Luego silencio, no ha pasado nada, se lava las manos. Aquí tampoco hay diferencia, sean campesinos, indígenas, comunidades negras, comunidades barriales, trabajadores, sindicalistas, organizaciones políticas o sociales, estudiantes, u otros de la pobresía, mismos que han llevado en sus entrañas los asesinatos del genocidio; mismos en los que en su seno se mueren los niños y viejos por inanición; mismos que se mueren por los altos costos del negocio en que se ha convertido la “salud”; mismos que viven la injusticia y el sobresalto cotidiano para solucionar la existencia.
Esa, la real, despiadada y devastadora guerra de la clase en el poder con sus diferentes caras que continúa su marcha implacable. Pero en ironía trashumante de voz a voz, se acuñan las víctimas, los desplazamientos, las masacres y toda suerte del horror, al conflicto armado, se globalizan las cifras como efecto del mismo, acaso, -pregunto- los que hoy partieron por efecto de balas asesinas, o torturados, o acuchillados, son producto de la confrontación armada?, sabemos que estaban indefensos, que no estaban armados, igualmente a quienes les segó la vida el ESMAD, menos aun los niños y viejos que han muerto por desnutrición. En esa misma lógica –la de reducir la guerra al conflicto armado- se pregona sin análisis que lo soporte, que ha llegado el fin de la guerra, y en esa misma lógica se ocultan los crímenes cometidos por el estado en más de medio siglo y el actual genocidio político, y en esa misma lógica se disuelven las responsabilidades, y por esa misma lógica Santos encarnando de nuevo a Poncio Pilatos al recibir el tan inmerecido Nobel de la paz, omite su responsabilidad y la de la clase que representa en los crímenes de Estado y en la violación de los derechos humanos.
Pero resulta que ahora él y la oligarquía que representa, es y son impolutos, él nada tiene que ver ni hacer, es elevado a santo, falta que lo canonicen, resulta que todo es obra exclusiva de la llamada ultraderecha hoy representada por Álvaro Uribe, que por supuesto está implicada hasta los tuétanos [7], él nadita que ver con los falsos positivos o asesinatos viles y cobardes de jóvenes humildes, ni con toneladas de bombas a la madre tierra para masacrar lo que se atraviese, no es confeso asesino con sonrisa en boca, y otras perlas, eso es pasado remoto porque él ahora como por obra y gracia del espíritu santo, es diferente, se opero en él un cambio extremo, como el que anuncian las cirugías plásticas. Que es que se deben perdonar y olvidar los crímenes de los altos “jerarcas”, que no han de tener castigo, o aducen quienes hoy lo exculpan de toda culpa, que al fin es el presidente que logro llegar lejos en el proceso de la supuesta paz que vendrá, si claro es el que logró desmovilizar y desarmar a la insurgencia de las FARC que a su vez quedó ante la opinión como actor y causa de todos los males, -el mismo descredito en cirirí acuñado a toda insurgencia- y como la dirigencia fariana a su vez pidió una y otra vez perdón sin aclarar nada, pues como diría mi abuela, “cúlpense a sí mismos los conservadores si experimentan desgracia”.
Es que el desarme y la desmovilización ha sido de una sola de las partes, el gobierno sigue y seguirá garante con sus fuerzas militares para aplicar lo que dice el santo presidente con fervor: “la cárcel o la tumba” decretando así la pena de muerte para los que no se sometan a sus designios” [8], es decir a las trasnacionales y a la paz neoliberal, que no se acerca ni poco a la paz con justicia social. En esto no veo mayor diferencia con la ultra de Uribe, acepto Poncio, digo Santos tiene la “elegancia” y el enmascaramiento de la rancia oligarquía tradicional.
Alabado sea, o siga siendo, por una izquierda que le ha comido cuento, o que se hace cómplice de tal infundio, o que olvido quien es el enemigo del pueblo, o que trastoco preceptos básicos como el de que “solo el pueblo salva al pueblo”, pues alinderarse con quien violenta y atenta contra los anhelos, necesidades e intereses del pueblo, es a mi pensar y a mi penar, no consecuente ni con la verdad, ni con el pueblo, es como tirar un bumerán que al devolverse la caída será inevitable.
Así apliqué el ESMAD para acallar la protesta siguen diciendo que él no tiene “culpa” alguna, el “nada que ver”, que son los estamentos militares, que no están bajo su mando o influjo o no le hacen caso, o que son las fuerzas de ultraderecha las responsables de estos arbitrios ruines, se olvidan que el encarnador de Poncio, cuando la presión y lucha de masas lo exige, firma acuerdos que luego no cumple, sin antes envolatar, andar con engañifas, cañar, a quienes ansiosos y atribulados por sus condiciones de existencia, se esperanzan con una pronta solución que no les llega.
Estamos perdidos en el laberinto de las ilusiones, primero la idea de que las negociaciones entre el gobierno Santos y la dirigencia fariana anunciaban la paz, pero no hubo paz en el trascurso del proceso, luego que a la firma de los acuerdos llegaría la paz, pero se firmaron los acuerdos y las amenazas, la persecución, los asesinatos de líderes y activistas sociales se arreciaron, luego que la implementación de los acuerdos pero a tiempo aprobaban el Código de policía, la ley ZINDRES, dieron curso a la Reforma Tributaria, reforzaron el presupuesto al ESMAD, y el expolio se hará nuestro destino con la entrega de las riquezas del país, el despojo de las tierras –por lo general violento- para los megaproyectos, que benefician al capital transnacional y traen hambre y miseria, ese es el pilar fundamental de la política Santista.
La lucha para construir el país que queremos y lograr la paz anhelada, no puede avanzar hacia su victoria final sobre falsos preceptos, con pies de barro y con el peso del metal trasnacional y otros demonios encima. Esa paz urdida por Santos, no es la paz para una sociedad donde pueda brillar el sol, nuestra paz es altruista, para la dignidad, para la justicia, para la equidad y alcanzarla aunque tengamos que atravesar caminos con espinas, será la más alta redención.
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esperanzazul07 chez yahoo.es
http://www.alainet.org/es/articulo/182552
[1] La defensoría del pueblo establece que en 27 de los 32 departamos de Colombia existe presencia paramilitar, diversos estudios e informes registran la vigencia del paramilitarismo con la complicidad, anuencia, y tolerancia de estructuras institucionales y grupos económicos de poder, organizaciones de derechos humanos lo denuncian, mas cercanamente el día 15 de abril de 2016 la Audiencia Pública: Persistencia del paramilitarismo así lo corrobora, no obstante, el Gobierno del presidente Santos niega que existe, asegurando que son -bandas criminales- Las Bacrim. Pese a decir de palabra que está embarcado en una cruzada contra estas mafias, no se ven acciones concretas al respecto. Sobre el tema paramilitarismo recomiendo el valioso escrito de Azalea Robles: “La planificación del terror y la estrategia de confundir”, rigurosamente documentado. Recomiendo también: Colombia: La “reparación a las víctimas” como un nuevo mecanismo de despojo, En la Pluma.Net
[2] Afrontar la paz McDonald´s, negativa y señorial. Rebelión org
[3] Violencia selectiva contra líderes sociales, por Ariel Ávila - Semana.com- www.semana.com
[5] Ha sido la constante en los medios de comunicación oficiales acusar a la insurgencia de cuanto horror sea posible, lo que juzgo como buscar chivos expiatorios para ocultar la responsabilidad de los verdaderos autores. Vemos como caso expresivo reciente y referido a los asesinatos de activistas y líderes comunitarios –genocidio en marcha- acusar al ELN del asesinato de 12 líderes en el Cauca en el diario el Tiempo -18 de noviembre-. Ver: Kaos en la Red: Entrevista al Cdte Nicolás Rodríguez Bautista del ELN
[6] Supongo que habrá estudios al respecto que daten este accionar gubernamental, no los encontré, si alguien sabe de ello le ruego información: El uso del ESMAD en los gobiernos Santos contra la protesta popular. Pero leo hoy directa alusión al tema: Colombia Informa: Antioquia: una paz en medio de agresiones y asesinatos de líderes y defensores de DDHH
[7] Uribe Vélez personaje nefasto, de evidentes vínculos con paramilitarismo, develado en marrullas y felonías reconocidas y denunciadas por la izquierda en su conjunto, razón por la que no gasto líneas en tan deplorable figura del mal. No así sucede con Santos, un sector de la izquierda en razón de los diálogos y negociación con la dirigencia fariana opta por atribuirle cualidades y merecimientos que hasta a veces rayan con la adulación, soporte fueron para el inmerecido premio de la paz en mi opinión. De sorprenderme, penar de corazón, y heme aquí en tanto con presente artículo. Recomiendo http://kaosenlared.net/colombia-dos-caramelos-con-veneno-premio-al-crecimiento-por-despojo
[8] Es de anotar que la pena de muerte, no está considerada en la constitución colombiana, el artículo 11 dice: El derecho a la vida es inviolable. No habrá pena de muerte. En tanto Santos no puede proclamar ni abrogarse este derecho.