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PERÚ - Gobierno de Pedro Castillo: entre el boicot y la autodestrucción

César Bazán, Revista Ideele

Viernes 28 de octubre de 2022, por Françoise Couëdel

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26 de septiembre de 2022 – Revista Ideele - Para derrotar al fujimorismo en la segunda vuelta, el entonces candidato Pedro Castillo y su equipo proyectaron una imagen de algo que definitivamente no eran: la esperanza de enfrentar injusticias históricas en el país y de poner fin a la crisis política de los últimos años. Su condición de rondero, campesino, maestro de escuela y dirigente sindical ayudaron a movilizar sentimientos y votos, que finalmente le sirvieron para derrotar a una de las principales responsables de la crisis política: la candidata Keiko Fujimori, quien era respaldada por importantes grupos de poder.

A estas alturas está claro que la crisis política no ha terminado, ni terminará pronto. En su lugar, estamos ante un nuevo capítulo de esa crisis, que llevó a que el Perú tenga cinco presidentes y tres congresos entre el 2016 y 2022. Además, no queda duda de que Pedro Castillo no es buen presidente ni mucho menos que sea capaz de enfrentar injusticias históricas.

El desencanto por el gobierno de Pedro Castillo es generalizado. Incluso es mayor que el rechazo a gobiernos anteriores. Ya poco importa que Castillo sea un rondero, campesino, maestro de escuela o dirigente sindical. Desde noviembre de 2021, su desaprobación es alta y estable: según las encuestas del Instituto de Estudios Peruanos (IEP), la desaprobación se mueve alrededor del 63% y 71%.

Evidentemente la desaprobación es más alta en Lima y entre las personas ricas, que nunca quisieron a Castillo. Pero la desaprobación es también alta en el campo (51%) y entre las personas pobres (56%) (IEP, agosto II de 2022). Esta tiene varias explicaciones, pero considero que dos palabras son clave para entender lo que sucede en el Perú: boicot y autodestrucción. Estos dos sustantivos han acompañado al Gobierno desde sus inicios y se han hecho evidentes en diferentes momentos(escuchar entrevista en abril de 2022 en https://bit.ly/3zE4t2i).

Boicot: la guerra contra el gobierno de Pedro Castillo

Los grandes medios de comunicación, grandes grupos de poder económico, partidos políticos y diferentes sectores conservadores de la sociedad fueron radicales opositores a la candidatura de Pedro Castillo durante la segunda vuelta electoral. Terminaron las elecciones, pero la guerra continuó.

Es impresionante ver a medios de comunicación como El Comercio, América Televisión, entre otros, que abordan de manera poco profesional las noticias sobre el gobierno. El lado positivo es que existe un alto nivel de fiscalización que anteriores gobiernos no tuvieron. Pero a la par la desinformación crece y se profundiza la crisis política y los medios de comunicación se desprestigian. Un caso extremo de desinformación (no solo en este gobierno), es el diario La Razón. Ustedes pueden consultar en este enlace, las notas en que acusan al gobierno de Pedro Castillo de ser algo que no es: comunista. Ver: https://bit.ly/3JzXKek.

Otra de las fuentes de ataque contra el ejecutivo fue el Congreso. El mismo que en agosto de 2022, cuenta solo con 8% de aprobación. El arma más poderosa del congreso contra el gobierno es la vacancia presidencial. Con ella, el congreso amenazó varias veces. Según la constitución, el congreso puede vacar al presidente por incapacidad moral. La incapacidad moral es un concepto legal mal utilizado, que ya fue usado contra Alberto Fujimori en el 2000 y contra el expresidente Martín Vizcarra en el 2019.

Para salvar su vida, el Ejecutivo tiene que asegurar votos en el congreso. Eso es complicado si no tiene mayoría en el congreso. Al inicio, el partido de gobierno, Perú Libre, tenía solo al 30% del parlamento. Unos meses después esos votos se perdieron. La bancada se dividió y el Gobierno perdió respaldo. Actualmente, la bancada de Perú Libre no es un claro aliado del gobierno. De hecho, Pedro Castillo fue expulsado del partido Perú Libre. Y en la reciente elección para la mesa directiva del congreso, perdió la lista cercana al gobierno.

La agenda de esos sectores apunta al golpe de Estado. Sin embargo, el Gobierno podría ser más eficiente: podría derrumbarse solo. Autodestruirse.

Antes de abordar ese tema, señalaré que mucho de lo que genera disconformidad en la gestión de Castillo tienen origen externos. Como sucedió en varios países, los alimentos y el petróleo aumentaron de precio. La guerra por Ucrania impactó en la economía nacional. De ese modo, transportistas y agricultores han hecho importantes paros, evidenciando la poca capacidad del Gobierno para reaccionar.

Autodestrucción: desaciertos y sospechas de corrupción

La autodestrucción ha marcado la pauta en este régimen. Las primeras señales se vieron al inicio. El gobierno de Pedro Castillo eligió para la presidencia del consejo de ministros a un congresista de su partido, Perú Libre, que fue un elemento disociador en el propio gobierno, además de machista y homofóbico. La presidencia del consejo de ministros fue espacio de disputa para sectores de izquierda. Perú Libre desperdició rápidamente su oportunidad. En octubre de 2021, Pedro Castillo nombró a una nueva presidenta del consejo de ministros: la ex presidenta del Congreso, activista de derechos humanos e izquierdista, Mirtha Vásquez. Ella tenía mayores cualidades que su antecesor. Pero aún así, no duró mucho tiempo. En los primeros meses de 2022, Mirtha Vásquez renunció, pues perdió el respaldo del presidente.

La autodestrucción llegó en ese momento a un punto álgido. El Ejecutivo nombró como presidente del consejo de ministros a un congresista de un partido de oposición, que tenían graves denuncias en su contra. Duró en el cargo solo cuatro días. Posteriormente, el Gobierno ascendió al ministro de justicia a presidente del consejo de ministros, Aníbal Torres, quien está actualmente en el cargo. La alta rotación de presidentes del consejo de ministros se reflejó en los otros cargos ministeriales.

En varias ocasiones, el Ejecutivo nombró a personas cuestionadas en los ministerios y otras entidades estatales. Y en otras ocasiones, le quitó el respaldo a buenos cuadros.

Como fuere, el Gobierno no ha tenido estabilidad en los puestos ministeriales, lo cual dificulta su capacidad de sostener políticas públicas. La inestabilidad alcanzó incluso a sectores sensibles, como salud. El Perú es a nivel mundial el país con más víctimas mortales de COVID-19 (ratio de fallecidos por cada 100 000 habitantes). En ese contexto, no se explica por qué no se mantuvo en su puesto a un buen ministro de salud, como lo fue Hernando Cevallos.

Adicionalmente a la falta de pericia para gobernar, se suman las denuncias de corrupción. Ex altos funcionarios del Gobierno se encuentran investigados por haber recibido sobornos. Las investigaciones están en curso y el rastro del dinero no llevan aún al presidente de la república. Todo indica que llegar al presidente es solo cuestión de tiempo.

¿Y los problemas históricos?

En medio del boicot y la autodestrucción, se mantienen y agudizan los problemas históricos que Pedro Castillo prometió combatir. Siete de cada diez peruanos y peruanas consideran que el país es desigual económicamente (mucho y algo desigual) y seis de cada diez sienten que esa desigualdad ha aumentado en los últimos dos años. Asimismo, en cuanto a la desigualdad para el acceso a servicios públicos: ocho de cada diez personas consideran que el acceso a la justicia es muy desigual, siete perciben como muy desigual el acceso a la salud y seis tienen la misma percepción respecto del acceso a la educación y al trabajo (IEP y Oxfam, julio 2022, encuesta nacional de percepción de desigualdades). La polarización contra Castillo ha exacerbado el racismo en el Perú.

Mientras tanto, los indicadores económicos son diversos. El Producto Bruto Interno creció entre enero y mayo de 2022 en 3,5% (Banco Central de Reserva). La producción no ha dejado de crecer, pero se ha ralentizado. En un año, los precios de los productos han aumentado en 9%, mientras que el desempleo en Lima ha disminuido (Instituto Nacional de Estadística e Informática).

La crisis política continúa

En el contexto descrito, se extiende el pesimismo. En agosto de 2022, cinco de cada diez peruanos y peruanas siente optimismo frente a su futuro en el país. Hace dos años, siete de cada diez sentían ese optimismo (IEP, agosto I de 2022).

Las salidas a la crisis no son fáciles de avizorar. Por un lado, hay sectores que buscan apagar el fuego echándole combustible. Ellos buscan el golpe de estado a través del congreso, que tiene la opción de vacar al presidente, pero carece de legitimidad para hacerlo.

Por otro lado, el movimiento de derechos humanos y otros sectores democráticos han hecho un llamado para reconstruir el país, mediante tres acciones (ver aquí):

 1. Acordar una agenda ciudadana de mediano y largo plazo con compromisos concretos
 2. Concertar reformas políticas y electores indispensables
 3. Demandar adelanto de elecciones generales

Para que el adelanto de elecciones generales tenga efectos positivos, es necesario mejorar las reglas electorales. Si eso no sucede, nuevamente los peruanos y peruanas tendremos que elegir entre postulantes que no nos representan. Eso precisamente está sucediendo para las elecciones municipales y regionales que se llevarán a cabo dentro de poco. En Lima, al menos, la pobre oferta electoral es expresión de la crisis política en la que nos encontramos.


Artículo publicado en la Revista Ideele n°305 (agosto-septiembre de 2022).

https://www.revistaideele.com/2022/09/26/gobierno-de-pedro-castillo-entre-el-boicot-y-la-autodestruccion.

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